Es una de las enfermedades más frecuentes en perros, sobre todo de razas grandes. Puede afectar tanto a cachorros de pocos meses como a perros adultos.
En un desajuste entre la cabeza del fémur y el acetábulo, es decir un mal encaje de la articulación de la cadera. La cabeza femoral queda parcialmente fuera del acetábulo y la cadera no puede trabajar correctamente.
Sí, la displasia de cadera prácticamente no existe en Galgos y sin embargo es muy frecuente en San Bernardo y Mastines. También es bastante común en el Pastor Alemán, el Golden Retriever y el Rottweiler entre otras razas.
Existen varios grados de displasia, pero también hay diferentes maneras de medirlo, la más común es una radiografía que debe hacerse a los perros cerca del año de vida. Esta radiografía debe realizarse en una posición muy concreta y con la musculatura relajada, por eso normalmente es necesario anestesiar al perro.
Normalmente cojera en perros de 5 a 10 meses pero puede permanecer sin dar problemas durante la juventud y edad adulta y debutar con problemas importantes en el periodo geriátrico. El movimiento hacia los lados de las caderas puede ser también un indicativo de displasia de cadera. Dificultad para levantarse, dolor matutino, atrofia muscular en la zona glútea, dolor a la extensión, dificultad para caminatas largas...
Son dos problemas distintos, pero la displasia de cadera, el desajuste de la articulación, puede provocar con el tiempo que esta articulación degenere y acabe padeciendo artrosis en la cadera. La artrosis es lo que duele, sobre todo en edad avanzada. La displasia puede ser en mayor medida la responsable que el perro haya desarrollado la artrosis.
Hay varios tratamientos, diversas cirugías antes del año de vida y otros métodos como la prótesis de cadera cuando el perro es mayor y ha terminado el crecimiento.
También tenemos tratamientos paliativos como los antiinflamatorios o los protectores de cartílago (condroprotectores). En casos muy graves se puede poner una silla de ruedas canina y el perro sigue andando pero sin soportar la carga de su peso.
El ejercicio en edades juveniles, y con mayor cuidado en edades adultas, así como el control de peso y una buena cama son medidas que mejorar la calidad de vida de los perros afectados.
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